sábado, 23 de marzo de 2013

CUANDO LA BOCA CALLA, EL CUERPO HABLA




“La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma”. Bach.
Muchas veces:

El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.


El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.


El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.


La diabetes invade cuando la soledad duele.


El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.


El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.


El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.


Las alergias aparecen cuando el sentido de perfeccionismo es intolerante.


Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.


El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.


La presión sube cuando el miedo aprisiona

Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.

Los dolores hablan en el cuerpo.

Pero cuidado... elegí qué hablar, con quién, dónde, cuándo y cómo...

Los niños cuentan todo, para todos, a cualquier hora, de cualquier forma. Pasar un informe es ingenuidad.

Elegí alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, armonizar las sensaciones y recuperar la alegría.

Todos precisan saludablemente de un oyente interesado.

Pero todo depende, principalmente, de nuestro esfuerzo personal para hacer que sucedan cambios en nuestra vida...

“Si yo vi más lejos, fue por estar de pie sobre hombros de gigantes”. Is N

miércoles, 20 de febrero de 2013

La comunicación




La comunicación , el arte de conversar con otros ,diciendo lo que sentimos y pensamos, diciéndolo claramente ,escuchando a los otros y asegurándonos de que escuchamos con exactitud
La principal queja de nuestros hijos no es la falta de objetos, dinero, etc.  Sino la falta de una comunicación estrecha
El poseer un lenguaje no tiene relación alguna con la comunicación. La comunicación requiere dialogo
Hay tipos de dialogo
Dialogo técnico: tipo de comunicación que damos información que no requiere sentimientos
Dialogo monologo: el individuo habla con total indiferencia del otro.
Verdadero dialogo: es aquel en el cual la persona que habla tiene presente la individualidad y las necesidades especiales de la otra persona

Hay varios tipos de lenguaje, está el  de las palabras, el del silencio, el de la acción, y el de escuchar.
A cada palabra que pensamos le asignamos un contenido emocional, es decir el modo en que sentimos lo que la palabra representa, por lo tanto el contenido emocional de una palabra es tan importante si no más aun, como el contenido intelectual.
Las palabras continúan  provocando respuesta de odio, temor, ansiedad y rechazo, respuesta que aprendemos de niños frente a diversas situaciones.
Por lo tanto si deseamos comunicarnos debemos saber esencialmente que hay que tener cuidado con las palabras que empleamos, nosotros debemos controlar nuestras palabras
Podemos  modificar nuestras  definiciones y nuestros sentimientos con respecto a ellas.  Solo tendremos libertad para controlar nuestra vida, pues las palabras determinaran nuestro sistema de convicciones y acciones.
El dolor emocional y el dolor psicológico causan la misma debilidad que el dolor físico, entonces ojo con las palabras, gestos, dichos, etc. que utilizamos sobre todo a nuestros niños
Psiquiatra; Dr Voth
*Dijo los abrazos pueden curar la depresión permitiendo que el sistema de inmunidad del organismo se ponga  a punto. Los brazos proporcionan nueva vida a un cuerpo cansado y lo hace sentir más joven y vibrante .En el hogar, los abrazos diarios fortalecerán las relaciones y reducirán en forma significativa las fricciones
 *Cuando se toca a una persona, la cantidad de hemoglobina en su sangre aumenta en forma significativa. La hemoglobina es la parte de la sangre que lleva al suministro vital de oxigeno a todos los órganos del cuerpo inclusive al corazón y cerebro. El aumento de hemoglobina tonifica el cuerpo, ayuda prevenir la enfermedad y acelera la recuperación después de una enfermedad.
*Recomienda aprender a expresar sus sentimientos y necesidades de manera afectuosa ,dando y recibiendo 4 abrazos por dia, sin falta, durante varias semanas, la falta de abrazos produce varias enfermedades  

Neuroaprendizaje: Aprendizaje, Memoria y Conducta




El comportamiento es una función del cerebro y el mal funcionamiento de este órgano genera alteraciones en la conducta humana. Pero, ¿Cómo afecta el aprendizaje al cerebro para entonces, modificar la conducta? ¿De qué forma se adquiere la nueva información? ¿Una vez adquirida, cómo se retiene? Una vez el sujeto está expuesto a estímulos ambientales, éstos activan una serie de mecanismos moleculares en áreas específicas del cerebro, que son capaces de grabar dichos estímulos para referencia futura. Podemos mencionar dos tipos de grabación: memoria implícita y memoria explícita.

La memoria implícita (no declarativa) es un tipo de memoria inconsciente de destrezas perceptivas y motoras como: caminar y comer. La memoria explicita (declarativa) es la memoria de: personas, datos, números, fórmulas, lugares y objetos. Esta requiere un esfuerzo consciente para su activación. Gran parte de los progresos en estos mecanismos celulares de almacenamiento de memoria proceden de tres tipos de aprendizaje: habituación, sensibilización y condicionamiento clásico.  La habituación, investigada inicialmente por Iván Pavlov y Charles Sherrington, es la forma más simple del aprendizaje implícito. En este caso, el sujeto aprende de las propiedades de un estímulo que resulta ser poco excitante, el sujeto tiende a ignorarlo. Lamentablemente en el salón de clases se castiga al sujeto por la falta de atención en vez de intervenir con el sujeto que presenta el estímulo.

La sensibilización implica la facilitación de la comunicación entre la células del cerebro. Esto es, la transmisión sináptica o el establecimiento de puntos de contacto. Este aprendizaje requiere la intervención del Ion de calcio(Ca++, NO el calcio de la leche de vaca). El Ion de calcio en respuesta a un estímulo recibido del ambiente abre el poro de la proteína en la membrana presináptica liberando las sustancias llamadas neurotransmisores, que son los responsables de llevar el mensaje entre las neuronas y producir el aprendizaje. Esta investigación del rol del Ion de calcio en la comunicación sináptica le mereció el premio Nóbel (2000) al Dr. Eric Kandel. Lamentablemente, el desconocimiento de esta información y la ingesta del calcio equivocado, mantiene a muchos de nuestros estudiantes bajo los efectos de poderosas drogas que, aunque legales, tienen efectos muy preocupantes. El condicionamiento clásico es una forma de aprendizaje más compleja que la sensibilización y requiere la exposición del sujeto a cierto estímulo por un periodo de tiempo prolongado, más de treinta días. Un estímulo condicionado, que en principio puede resultar débil, pero que puede convertirse en un productor de respuestas muy eficaz porque activa mecanismos celulares bioquímicos. Si exponemos a un sujeto a cierto estímulo por determinado tiempo éste se adaptará y modificará su conducta. Esta es la forma de aprendizaje más estudiada y utilizada por los especialistas en publicidad y mercadeo. Si, por ejemplo, exponemos a un niño a cierto idioma éste terminará hablando dicho idioma.

Como vemos, el Neuroaprendizaje nos proporciona un mayor entendimiento de la percepción, la acción, el aprendizaje y la memoria. También nos brinda una nueva y excitante comprensión de la biología para uso del profesional de la educación.
Autor:    Lic. Noel Alicea. Consultor en Neurociencia Cognitiva 

¡Fobia escolar!

Hablar de fobia nos recuerda de inmediato a la palabra o el concepto de “miedo y/o temor”, o a un trastorno de ansiedad.   El miedo surge cuando nos sentimos en peligro, sea real o no lo sea. Empero, la gran mayoría de niños y niñas sienten “temores” leves pasajeros y asociados a determinadas edades; que evolutivamente van superando en sus etapas de crecimiento.
Sin embargo, cuando nos referimos a “fobias”, estamos hablando de miedos desproporcionados, o extremos… no son específicos de una edad, son de mayor duración y están más allá  del control voluntario e interfieren con la vida cotidiana.  
Dentro de las que encontramos con mayor frecuencia en la infancia y en el periodo de la adolescencia, se ubica la “fobia escolar” y se refiere específicamente a un rechazo de efecto prolongado que se siente al ingresar o al acudir a la escuela por algún miedo relacionado con la situación académica, escolar o educativa.   Se puede dar a cualquier edad.  Por lo general en niño y niñas más pequeños el comienzo se da en forma más repentina, en los niños más grandes se da en forma gradual. 
Cuando los niños van por primera vez a la escuela, o  cambian de escuela, inician un nuevo año escolar o enfrentan etapas de transición, presentan niveles de ansiedad y temor que son normales y que la mayoría suele superar con sus propios recursos. Sin embargo, en algunos casos la ansiedad llega a ser tan intensa y constante que le impide al niño (a)  asistir a clases.

Este tipo de casos en los que la dificultad del niño o adolescente para asistir en forma regular a clase tiene su origen en una aflicción emocional, relacionada con un desorden de ansiedad o depresión, se llama "fobia escolar".  El gran temor que induce esta especie de fobia puede llegar a ser tan severo que el niño se ausenta de la institución durante semanas e incluso meses enteros, lo que produce una tremenda angustia familiar. El niño busca la comodidad y seguridad de su casa, se angustia a la hora de ir a la escuela, esta angustia aumenta de forma desproporcionada, hasta el punto que se acompaña, en muchas ocasiones, de síntomas somáticos.  Los padres de estos niños saben que no quieren asistir a clases por temor y no por otra razón.   Lo que  desencadena una situación de desasosiego que aflige mucho a la familia.
Los factores que desencadenan la negativa de ir a la escuela pueden ser diversos. Por ejemplo, factores escolares como situaciones de tensión comunes en las escuelas; compañeros abusadores, dificultades académicas, conflictos con los compañeros, cambios de colegio; factores familiares como separaciones, problemas familiares, cambios de domicilio; y factores físicos como la presencia de una enfermedad y sus consecuencias, pueden desencadenar la fobia escolar.
Cada caso es único, por tanto la causa de la fobia también puede ser diferente a las enunciadas. En ocasiones la poca concentración o falla de la memoria, asociada a trastornos depresivos y ansiosos, puede tener su origen en malos resultados que llevan a sentir frustración la cual, a su vez, puede agravar el problema. El hecho de que las presiones escolares desaparezcan en la casa allí el niño puede ver televisión, jugar, estar con los padres, jugar con las mascotas puede ser un factor que refuerce el deseo de quedarse en la casa y no asistir a la escuela, convirtiendo la situación en un muy activo círculo vicioso. Hay un buen número de casos en los que el niño no identifica el factor que le causa el temor; incluso manifiesta agrado por la escuela y deseos de asistir.
Las características más frecuentes suelen ser:
  • Negarse a ir a la escuela, escaparse de ella.  Quejas de dolores y enfermedades.  Conducta negativa.  Algunos llegan al pánico (lloran, gritan, se agarran de sus padres).
  • Aumento de ansiedad, tensión muscular, taquicardia, mareos, malestar estomacal, vómitos, dolores de cabezas, trastornos de la alimentación y/o del sueño, diarrea.
  • Pensamientos negativos, miedo a ser ridiculizado.
Lo anterior nos conduce a concluir que es necesario un tratamiento, cuyo eje central será que el estudiante vuelva cuanto antes a la escuela.   Es conveniente hacer una clara diferencia entre la angustia de separación del niño (a) pequeño que llega a la escuela por primera vez, ya que esta situación suele ser transitoria “angustia de separación” 
Es necesario además, diferenciar la fobia escolar que se trata de ansiedad relacionada con alguna situación escolar con un docente, una materia, algún tipo de burla o violencia por parte de un compañero; además de intensa ansiedad anticipatorio (el día antes con síntomas físicos).
RECOMENDACIONES:
Es conveniente asistir diariamente a la escuela, ya que el problema de la fobia escolar mejorará en forma notable en una o dos semanas.
En cambio, si no le exige al estudiante a  que asista a la escuela, los síntomas físicos y el deseo de quedarse en casa serás cada vez más frecuente. Cuanto más tiempo pase su hijo (a)  en casa, resultará  más difícil  volver a la escuela.   Podrían estar en juego la vida social y la educación futura del niño.
En cuanto a las tareas de prevención, los niños de edad preescolar se pueden beneficiar de experiencias estructuradas con otros adultos. Los padres pueden ayudar a los niños a separarse de las personas que los cuidan de varias maneras. 
Cuando el niño se asusta mucho al separarse de los padres, la mejor estrategia es informarle, calmadamente, que el padre/ madre regresará y que el niño tiene que quedarse, entonces debe irse rápido. Usualmente los niños tienen más dificultad si los padres toman mucho tiempo al despedirse, se enojan, esperan a que el niño se calme o intentan razonar con el niño. Una separación firme y con cariño es mejor tanto para los padres como para el niño.
La mejor terapia de la fobia escolar es ir diariamente a clases. Los temores se superan enfrentándolos cuanto antes. La asistencia diaria a la escuela hará que casi todos los síntomas físicos del niño mejoren. Los síntomas se volverán menos intensos y se presentarán con menor frecuencia y, con el tiempo, el niño volverá a disfrutar de la escuela.
Algunas veces un niño puede llorar y gritar, negándose absolutamente a ir a la escuela. En ese caso, después de hablar con él sobre sus temores, se le debe llevar. Uno de los padres podría ser mejor que el otro en hacer cumplir esto. Incluso en algunas ocasiones, un pariente puede encargarse del asunto durante algún tiempo.
Los padres y la escuela necesitan trabajar  unidos para identificar qué está causando o manteniendo esta conducta y desarrollar un plan comprensivo de intervención.
La clave del éxito es la pronta intervención; mientras más tiempo permanezca esta conducta, más difícil será de erradicar.
La relajación es un medio de aprender a reducir la ansiedad inespecífica y obtener control de la mente. Es una técnica terapéutica en la ansiedad excesiva y ansiedad de separación. El método más utilizado es la “Relajación progresiva de Jacobson” consistente en tensar y relajar los principales grupos musculares del cuerpo al tiempo que el sujeto se concentra en las sensaciones relacionadas con la tensión y relajación. A pesar de no ser adecuado por debajo de los 8 años, se ha establecido un programa de adaptación para niños menores de estas edades.
Las técnicas de modelado están fundamentadas en el papel tan importante que desempeña en el aprendizaje, facilitación y modificación de conductas, la observación en un modelo de comportamientos adecuados por parte de un observador.
En definitiva se trata de un problema que afecta a los niños y niñas;  sobre todo, de preescolar y primaria, por tanto son los educadores y los psicopedagogos  los que deben trabajar para lograr el mejor comienzo del niño (a)  en el centro.
Tema de gran interés y relevancia  para los psicopedagogos, que deben aportar la ayuda y colaboración necesaria tanto al maestro como a los padres, para superar la fobia escolar que un determinado alumno (a) pueda tener.
La fobia escolar es un problema frecuente que puede estar afectando a muchos niños y adolescentes de nuestra población que padecen desórdenes de ansiedad y depresión. Se presenta como malestar episódico, temor o miedo relacionado con los días de clases, que puede aparecer acompañado por molestias somáticas a las que no se les encuentra una causa precisa o no mejoran con los esquemas tradicionales de tratamiento. Las manifestaciones de la fobia escolar son confusas.
Se debe sospechar la presencia de fobia escolar en niños con ausentismo escolar importante, sintomatología somática episódica y rechazo escolar; y al poder presentarse como primer motivo de consulta sin diagnóstico previo, se debe estudiar al niño para encontrar posibles trastornos de ansiedad o depresión
gracias por el articulo ¡¡¡¡¡.Nathalia Calderón Astorga, M.Ps.

domingo, 10 de febrero de 2013

LEER Y PENSAR ¡¡¡¡¡


Me cuesta aceptar como profesional que en nombre del amor, se sufra, es posible que al leer esto, me cuestiones, es válido y aceptado, maravilloso estar en desacuerdo, esto nos permite crecer y aprender a ti y a mí. Cuantos seres humanos he visto llorar, en forma desgarradora, por situaciones sentimentales relacionadas con el apego, o simplemente al amor costumbre. “Me abandono, se fue con otro u otra” “me traiciono” “No puedo vivir sin él o ella” etc, lamentos desde el dolor y el sufrimiento, en nombre del amor y como por arte de magia se transforma en rabia, dolor, maltrato verbal o físico, acoso, persecución y yo me pregunto ¿Qué paso con el amor? ¿Qué paso con lo bonito de los años compartidos?, de la alegría vivida, la bondad, el afecto demostrado, los espacios en conjunto y en muchos casos los hijos, producto de ese inmenso amor viviendo unas consecuencias que no se merecen en nombre del amor.
Será que sí vamos a aprender a amarnos, valorarnos y respetarnos en el contexto del amor. Será que puedo aceptar que ese amor se transformó en otro orden del amor y la persona se va, será que puedo sentir ese amor desde la alegría, como la oportunidad de un nuevo comienzo en de vida, un espacio para compartir contigo mismo, encontrarte de nuevo y seguir el camino feliz, sin dolor, sin maltrato y en muchos casos hasta estar sano (a) sin ninguna pareja.
Porque no aprendimos como otras especies a manejar el desapego y si nos enseñaron a vivir en el apego como la vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja, nos enseñaron a ver la relación como una necesidad, nos enseñaron el amor necesidad y es por ello que se manifiesta una fuerza que marca el resistirse a la separación, llegando a convertirse en una enfermedad, sintiendo ansiedad, desolación y abandono ante la pérdida. Nos enseñaron entonces a tenerle miedo a la soledad y nos reforzaron el refugiarnos en la figura de apego en momentos de tristeza, temor o malestar, buscando en ella o en él apoyo y bienestar emocional. No me refiero al tipo de apego seguro que es necesario en él bebe por muchas razones, me refiero a que usted es un adulto y como adulto tiene la responsabilidad de armase; Dicen que el amor es ciego, pero lo que es ciego, no es el amor, sino el apego. Como estamos en el mes del amor seguiremos con el tema, hasta nuestro próximo encuentro de aprendizaje, gracias por leer, compartir, seguirnos y apoyarnos un abrazo inmenso con todo mi amor para ti.
Luciamelia

SABER EL SIGNIFICADO DE LAS ENFERMEDADES NOS AYUDA A COMPRENDER QUE LE SUCEDE A NUESTROS HIJOS CUANDO SE ENFERMAN


• El corazón
Representa el Amor, y la sangre, el júbilo.
El corazón es la bomba que, con Amor, hace que el júbilo circule por nuestras venas.
Cuando nos privamos del Amor y el júbilo, el corazón se encoge y se enfría, y como resultado, la circulación se hace perezosa y vamos camino de la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Pero el corazón no nos «ataca». Somos nosotros los que nos enredamos hasta tal punto en los dramas que nos creamos, que con frecuencia dejamos de prestar atención a las pequeñas alegrías que nos rodean. Nos pasamos años expul¬sando del corazón todo el júbilo, hasta que, literalmente, el dolor lo destroza. La gente que sufre ataques cardíacos nunca es gente alegre. Si no se toma el tiempo de apreciar los placeres de la vida, lo que hace es prepararse un «ataque al corazón».
Corazón de oro, corazón de piedra, corazón abierto, sin corazón, todo corazón… ¿Cuál de estas expresiones es la que cree que se ajusta más a usted?

• El cuerpo
«Con Amor escucho los mensajes de mi cuerpo.
Estoy convencida de que nosotros mismos creamos todo lo que llamamos «enfermedad». El cuerpo, como todo en la vida, es un espejo de nuestras ideas y creencias. El cuerpo está siempre hablándonos; sólo falta que nos molestemos en escucharlo. Cada célula de su cuerpo responde a cada una de las cosas que usted piensa y a cada palabra que dice.
Cuando un modo de hablar y de pensar se hace continuo, termina expresándose en comportamientos y posturas corporales, en formas de estar y de «mal estar».
La persona que tiene continuamente un gesto ceñudo no se lo creó teniendo ideas alegres ni sentimientos de amor. La cara y el cuerpo de los ancianos muestran con toda claridad la forma en que han pensado durante toda una vida. ¿Qué cara tendrá usted a los ochenta años?

• Los oídos
Representan la capacidad de oír.
Cuando hay problemas con los oídos, eso suele significar que a uno le está pasando algo de lo que no se quiere enterar. El dolor de oídos indica que lo que se oye provoca enfado. Se trata de un dolor común en los niños, que a menudo tienen que oír en casa cosas que realmente no quieren escuchar. Con frecuencia, las normas de la casa prohíben a los niños expresar su enojo, y su incapacidad para cambiar las cosas les provoca el dolor de oídos. La sordera representa una negativa, que puede venir de mucho tiempo atrás, a escuchar a alguien. Observen que cuando un miembro de una pareja es «duro de oído», generalmente el otro es charlatán.

• La cabeza nos representa.
Es lo que mostramos al mundo, la parte de nuestro cuerpo por la cual generalmente nos reconocen. Cuando algo anda mal en la región de la cabeza, suele significar que sentimos que algo anda mal en «nosotros».
El pelo representa la fuerza.
Cuando estamos tensos y asustados, es frecuente que nos fabriquemos estas «bandas de acero» que se originan en los músculos de los hombros y desde allí suben a lo alto de la cabeza; a veces incluso rodean los ojos. El pelo crece desde los folículos pilosos, y cuando hay mucha tensión en el cuero cabelludo, puede estar sometido a una presión tal que no le deja respirar, provocando así su muerte y su caída. Si la tensión se mantiene y el cuero cabelludo no se relaja, el folículo sigue estando tan tenso que el pelo nuevo no puede salir, y el resultado es la calvicie. En las mujeres, la calvicie ha ido en aumento desde que empezaron a entrar en el «mundo de los negocios», con todas sus tensiones y frustraciones, aunque no se hace tan evidente en ellas porque las pelucas para mujeres son sumamente naturales y atractivas. Lamentablemente, los postizos masculinos todavía son demasiado visibles desde bastante lejos. Estar tenso no es ser fuerte. La tensión es debilidad. Estar relajado, centrado y sereno, eso es ser realmente fuerte. Sería bueno que todos relajásemos más el cuerpo, y muchos necesitamos también relajar el cuero cabelludo. Inténtelo. Dígale a su cuero cabelludo que se relaje, y observe si hay alguna diferencia. Si tiene una sensación perceptible de relajación, yo le diría que practique con frecuencia este ejercicio.

• Los ojos representan la capacidad de ver, y cuando tenemos problemas con ellos eso significa, generalmente, que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros o en la vida, pasada, presente o futura. Siempre que veo niños pequeños que usan gafas, sé que en la casa está pasando algo que ellos no quieren mirar. Ya que no pueden cambiar la situación, encuentran la manera de no verla con tanta claridad. Muchas personas han tenido experiencias de curación impresionantes cuando se han mostrado dispuestas a retroceder en el pasado para hacer una «limpieza», y tirar aquello que no querían ver uno o dos años antes de que tuvieran que empezar a usar las gafas. ¿No estará usted negando algo que sucede en su presente? ¿Qué es lo que no quiere enfrentar? ¿Tiene miedo de contemplar el presente o el futuro? Si pudiera ver con claridad, ¿qué vería que ahora no ve? ¿Puede ver lo que está ha¬ciéndose a sí mismo? Sería interesante considerar estas preguntas.

• ARTICULACIONES: Permiten la producción de movimientos con gracia y soltura. Si tenemos las articulaciones agarrotadas e incapaces de moverse nos volvemos rígidos, nuestro medio de expresión se toma rígido e inflexible. A través de las articulaciones podemos expresarnos con facilidad y propiedad. Las articulaciones contienen tejido duro, tejido blando y líquidos, de modo que los problemas en la zona pueden afectar uno o más de estos tres aspectos. Una inflamación en las articulaciones revela, por tanto, una resistencia o irritación respecto al movimiento, tal vez un temor a lo que nos espera delante, o una dificultad en someternos a ello. Hay una falta de la energía que se desplaza por las articulaciones, lo que indica que estamos tomando energía de esa parte de nuestro cuerpo-mente. Esto dependerá de la zona del cuerpo afectada. Así, por ejemplo, las articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten desplazar la energía desde el corazón hasta las manos, para que podamos expresar nuestros sentimientos afectivos. Estas articulaciones autorizan además la libre expresión de nuestra energía creativa y activa, nuestras aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Una disfunción en cualquiera de esas articulaciones puede indicar un temor a expresar esa energía, una contrariedad o resistencia a ello

• Los dolores de cabeza provienen del hecho de desautorizarnos a nosotros mismos. La próxima vez que le duela la cabeza, deténgase a pensar cómo y cuándo ha sido injusto con usted mismo. Perdónese, no piense más en el asunto, y el dolor de cabeza volverá a disolverse en la nada de donde salió.
Las migrañas o jaquecas se las crean las personas que quieren ser perfectas y que se imponen a sí mismas una presión excesiva. En ellas está en juego una intensa cólera reprimida.

• Los problemas en los senos paranasales Que se manifiestan en la cara, en la zona más próxima a la nariz, significan que a uno lo irrita alguien que es una presencia muy próxima en su vida. Hasta es posible que sienta que esa persona lo está sofocando o aplastando.

Empezamos por olvidarnos de que las situaciones las creamos nosotros, y entonces abdicamos de nuestro poder, culpando a otra persona de nuestra frustración. No hay persona, lugar ni cosa que tenga poder alguno sobre nosotros, porque en nuestra mente la única entidad pensante somos nosotros.
Nosotros creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y todo lo que hay en ella.
Cuando creamos en nuestra mente paz, armonía y equilibrio, eso es lo que encontramos en la vida.

• La espalda
Representa nuestro sistema de apoyo.
Tener problemas con ella significa generalmente que no nos sentimos apoyados, ya que con demasiada frecuencia creemos que sólo encontramos apoyo en nuestro trabajo, en la familia o en nuestra pareja, cuando en realidad contamos con el apoyo total del Universo, de la Vida misma.
La parte superior de la espalda tiene que ver con la sensación de no tener apoyo emocional. «Mi marido (mujer, amante, amigo o jefe) no me entiende o no me apoya.»
La parte media se relaciona con la culpa, con todo eso que dejamos a nuestras espaldas. ¿Tiene usted miedo de ver lo que hay allí detrás, a sus espaldas? ¿Quizá se lo está ocultando? ¿Se siente apuñalado por la espalda? ¿Se encuentra realmente agotado?
Sus finanzas, ¿están hechas un lío, o usted se preocupa excesivamente por ellas? Entonces, es probable que tenga molestias en la zona lumbar. La causa está en la falta de dinero o el temor de no tener lo suficiente. La cantidad que usted tenga no tiene nada que ver con eso.

• La garganta
representa nuestra capacidad de «defendernos» verbalmente, de pedir lo que queremos, de decir «yo soy», etcétera.
Cuando tenemos problemas con ella, eso significa generalmente que no nos sentimos con derecho a hacer esas cosas. Nos sentimos inadecuados para hacernos valer.
El dolor de garganta es siempre enfado. Si además hay un resfriado, existe también confusión mental.
La laringitis significa generalmente que uno está tan enojado que no puede hablar.
La garganta representa también el fluir de la creatividad en nuestro cuerpo. Es el lugar del cuerpo donde expresamos nuestra creatividad, y cuando la frustramos y la sofocamos, es frecuente que tengamos problemas de garganta. Todos sabemos cuántas personas hay que viven toda su vida para los demás, sin hacer jamás lo que quieren. Siempre están complaciendo a madres, cónyuges, amantes o jefes.
La amigdalitis y los problemas tiroideos no son más que creatividad frustrada, incapaz de expresarse.
El centro energético situado en la garganta, el quinto chakra, es el lugar del cuerpo donde tiene lugar el cambio. Cuando nos resistimos al cambio, o nos encontramos en pleno cambio, o estamos intentando cambiar, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta o cuando oiga toser a otra persona. Cuando tosa, pregúntese: «¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estamos reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación, o es que el proceso de cambio se está produciendo?».
Cada vez que alguien tose, hago que se toque la garganta y diga en voz alta: «Estoy dispuesto a cambiar» o «Estoy cambiando».

POR QUÉ NOS ENFERMAMOS?



ESCUCHA TU CUERPO - LA DIGESTION. Por medio de la digestión, procesamos elementos materiales de este mundo. La digestión abarca:

1. Captación del mundo exterior en forma de elementos materiales.

2. Diferenciación entre lo asimilable y lo no asimilable.

3. Asimilación de las sustancias asimilables.

4. Expulsión de lo no digerible.

El que tiene hambre de cariño y no puede saciarla, manifiesta este afán en el aspecto corporal en forma de hambre de golosinas. El hambre de golosinas siempre expresa un hambre de cariño no saciada. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce: cuando vemos una chica guapa decimos que es un bombón y que está para comérsela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relación. El deseo de golosinas en los niños es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar de semejante imputación diciendo que ellos «harían cualquier cosa por su hijo». Pero «hacer cualquier cosa» no es forzosamente lo mismo que «amar». El que come caramelos anhela amor y seguridad. Es más fiable esta regla que la valoración de la propia capacidad de amar. También hay padres que atiborran de golosinas a sus hijos, con lo que indican que no están dispuestos a ofrecer amor a sus hijos, por lo que tratan de compensarles de otro modo.

Las personas que realizan un trabajo intelectual y tienen que pensar mucho, muestran preferencia por los alimentos salados y los platos fuertes. Los muy conservadores, tienen predilección por los alimentos en conserva, especialmente los ahumados y el té cargado que beben sin azúcar (en general, son alimentos ricos en ácido tánico). Los que gustan de comidas picantes denotan deseo de nuevas emociones, son personas amantes de los desafíos, a pesar de que pueden ser indigestos, diametralmente opuestas a las que sólo comen cosas suaves: nada de sal ni especias. Estas personas rehúyen todo lo que sea novedad. Se desentienden de los retos y temen todo enfrentamiento. Este temor puede acentuarse hasta hacerles adoptar un régimen a base de papillas, como el del enfermo del estómago.

Las papillas son comidas de bebé, lo que indica claramente que el enfermo del estómago ha experimentado una regresión hasta la indiferenciación de la infancia, en la que no se puede elegir ni cortar y hay que renunciar hasta a morder y masticar (actividades estas en exceso agresivas) la comida. Este individuo evita tragar alimentos sólidos.

Un temor exagerado a las espinas simboliza el miedo a las agresiones. La preocupación por los huesos, miedo a los problemas, no se quiere llegar al meollo de la cuestión. Pero también existe el grupo contrario: los macrobióticos. Estas personas van en busca de problemas, prefieren alimentos para hincar el diente. Quieren desentrañar las cosas y prefieren los alimentos duros. Llegan hasta evitar los aspectos placenteros: a la hora del postre, eligen algo duro de roer.

Los macrobióticos denotan así cierto miedo al amor y la ternura y su incapacidad para aceptar el amor. Algunas personas llevan a tal extremo su afán de huir de los conflictos, que acaban teniendo que ser alimentadas por vía intravenosa en una unidad de cuidados intensivos. Ésta es sin duda la forma más segura de vegetar sin tener que molestarse.

Los dientes.

Los alimentos entran por la boca y en ella son triturados por los dientes. Con los dientes mordemos y masticamos. Morder es un acto muy agresivo, expresión de la capacidad de agarrar, sujetar y atacar. El perro enseña los dientes para demostrar su peligrosa agresividad; también nosotros decimos que vamos a «enseñar los dientes» a alguien cuando estamos decididos a defendernos. Una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su agresividad.

Hay personas que hacen rechinar los dientes mientras duermen, algunas con tanta fuerza que hay que ponerles un aparato en la boca para que no se los desgasten de tanto rechinar. El simbolismo está claro. El rechinar de dientes es sinónimo reconocido de agresividad impotente. El que durante el día no puede ceder al deseo de morder, tiene que rechinar los dientes por la noche hasta desgastarlos. Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo.

Tragar

Una vez triturados los alimentos con los dientes, los ensalivamos y los tragamos. Con el acto de tragar integramos, admitimos: tragar es incorporar. Mientras tenemos algo en la boca podemos escupirlo. Una vez lo hemos tragado, el proceso es difícilmente reversible. Los trozos grandes son difíciles y hasta imposibles de tragar. A veces, en la vida uno tiene que tragar algo contra su voluntad, por ejemplo, un despido. Hay malas noticias que son difíciles de tragar. Precisamente en estos casos, un poco de líquido puede facilitar la operación, especialmente si se trata de un buen trago. Del alcohólico se dice que traga mucho. Por lo general, el trago alcohólico sirve para facilitar o incluso, sustituir otros tragos. Se traga alcohol porque en la vida hay otras cosas que uno no puede ni quiere tragar. Así, el alcohólico sustituye la comida por la bebida (beber mucho provoca pérdida del apetito), sustituye el trago duro y sólido por el suave y líquido, el trago de la botella.

Hay numerosos trastornos de la deglución, por ejemplo, el nudo en la garganta, o unas anginas, que producen la sensación de no poder tragar. En estos casos, el afectado debe preguntarse: ¿Qué hay actualmente en mi vida que yo no pueda o no quiera tragar? Entre estos trastornos figura el de la «aerofagia», afección que impulsa a tragar aire. Huelgan más explicaciones para descubrir lo que ocurre en estos casos. Hay algo que uno no quiere tragar, no quiere asimilar, pero disimula tragando aire. Esta resistencia encubierta contra la deglución se manifiesta después con eructos y ventosidades.

Náuseas y vómitos

Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estómago. Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es símbolo de problema. Todos sabemos cómo puede bloquearnos el estómago y quitarnos el apetito un problema. El apetito depende en gran medida de la situación psíquica. Hay multitud de expresiones que señalan esta analogía entre los procesos psíquicos y somáticos: Eso me ha quitado el apetito, o: Sólo de pensarlo me da mareo. O también: Nada más verlo se me revuelve el estómago. El mareo señala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estómago. También comer desordenada y atropelladamente puede producir mareo. La náusea culmina en el vómito del alimento. El individuo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, que no quiere asimilar. El vómito es una expresión categórica de defensa y repudio.

Vomitar es «no aceptar». Esta relación se expresa claramente en los vómitos del embarazo. Aquí se expresa el rechazo inconsciente de la criatura o del semen que la mujer no quiere «incorporar». Siguiendo el razonamiento, los vómitos del embarazo también pueden expresar un rechazo de la función femenina (la maternidad).

El estómago

El lugar al que a continuación llega el alimento (no vomitado) es el estómago, cuya primera función es la de servir de recipiente. Él recibe todas las impresiones que vienen del exterior, lo que hay que digerir. La capacidad de recibir exige apertura, pasividad y capacidad de entrega. En virtud de estas propiedades, el estómago representa el polo femenino. Mientras que el principio masculino está caracterizado por la facultad de irradiar y por la actividad (elemento fuego), el principio femenino engloba la capacidad de aceptación, la abnegación, la sensibilidad y la facultad de recibir y guardar (elemento agua).

Lo que representa el elemento femenino en el terreno psíquico es la sensibilidad, el mundo de la percepción. Si un individuo reprime en la mente la capacidad de sentir, esta función pasa al cuerpo, y el estómago, además de los alimentos, tiene que admitir y digerir los sentimientos. En este caso, no es que el amor pase por el estómago sino que sentimos un peso en el estómago que más tarde o más temprano se manifestará como adiposidad. Además de la facultad de recibir, en el estómago hallamos otra función, correspondiente ésta al polo masculino: producción de ácidos.

El estómago reacciona produciendo un ácido agresivo con el que pretende modificar y digerir unos sentimientos no materiales, empresa difícil y molesta que nos recuerda que no es conveniente tragarse el mal humor ni obligar al estómago a digerirlo. El ácido jugo gástrico aumenta porque quiere imponerse, pero esto acarrea problemas al enfermo del estómago, que carece de la capacidad de enfrentarse conscientemente con su mal humor y su agresividad, para resolver de modo responsable conflictos y problemas. El enfermo del estómago o no exterioriza su agresividad (se la traga) o demuestra una agresividad exagerada, pero ni un extremo ni el otro le ayudan a resolver el problema realmente, ya que carece de confianza y seguridad en sí mismo, sentimiento indispensable para que el individuo resuelva su problema, carencia a la que aludimos al tratar del tema Dientes–Encías.

El enfermo del estómago es una persona que rehúye conflictos. Inconscientemente, añora la plácida niñez. Su estómago pide papilla, se alimenta de cosas que han sido tamizadas por el pasapurés y que, por lo tanto, han demostrado ser inofensivas, puede haber grumos o sea que sus problemas se han quedado en el tamiz. El enfermo del estómago no tolera los alimentos crudos, por bastos, primitivos y peligrosos. Antes de que él se atreva con los alimentos, éstos tienen que ser sometidos al agresivo proceso de la cocción. El pan integral es indigesto, porque aún contiene muchos problemas. Todos los alimentos sabrosos, el alcohol, el café, la nicotina y los dulces representan un estímulo excesivo para el enfermo del estómago. La vida y la comida tienen que estar exentas de desafíos. El ácido gástrico produce una sensación de opresión que impide registrar nuevas impresiones.

La ingestión de medicamentos antiácidos suele provocar eructos, con el consiguiente alivio, ya que eructar es una manifestación agresiva hacia el exterior. Con esto uno ha hecho disminuir un poco la presión. La terapia que suele aplicar la medicina académica (por ejemplo, «Valium») refleja la misma relación: el medicamento interrumpe químicamente la unión entre la mente y el sistema vegetativo.

La actitud básica de proyectar los sentimientos y la agresividad no hacia fuera sino hacia dentro, contra uno mismo provoca finalmente la úlcera de estómago. La úlcera es una llaga que se forma en la pared del estómago. El enfermo de úlcera, en lugar de digerir las impresiones del exterior, digiere el propio estómago. El enfermo de estómago tiene que aprender a tomar conciencia de sus sentimientos, afrontar conscientemente los conflictos y digerir conscientemente las impresiones. Además, el paciente de úlcera debe admitir y reconocer sus deseos de dependencia infantil, de la protección materna y el afán de ser querido y mimado, incluso y precisamente cuando estos deseos estén bien disimulados tras una fachada de independencia, autoridad y aplomo. También aquí el estómago revela la verdad.

Los ácidos atacan, corroen, descomponen: son inequívocamente agresivos. Una persona que sufre un disgusto dirá: Estoy amargado. Si la persona no consigue vencer este furor conscientemente o transmutarlo en agresión y se traga el mal humor, o traga bilis, su agresividad y su amargura se somatizan en ácidos estomacales, en trastornos estomacales y digestivos sería relevante hacerse las preguntas siguientes:

1. ¿Qué es lo que no puedo o no quiero tragar?

2. ¿Me consumo interiormente?

3. ¿Cómo llevo mis sentimientos?

4. ¿Qué me amarga?

5. ¿Cómo llevo mi agresividad?

6. ¿En qué medida huyo de los conflictos?

7. ¿Hay en mí una añoranza reprimida de un paraíso infantil sin conflictos en el que se me quería y mimaba sin que yo tuviera que abrirme paso a mordiscos?

Intestino delgado e intestino grueso

En el intestino delgado se produce la digestión propiamente dicha, mediante división en componentes (análisis) y asimilación. Llama la atención el parecido existente entre el intestino delgado y el cerebro. Ambos tienen una misión similar: el cerebro digiere las impresiones en el plano mental y el intestino digiere las sustancias materiales. Las afecciones del intestino delgado suscitan la pregunta de si el individuo no estará analizando demasiado, ya que la función característica del intestino delgado es el análisis, la división, el detalle.

Las personas con afecciones del intestino delgado suelen tender a un exceso de análisis y crítica, de todo tienen algo que decir. El intestino delgado es también un buen indicador de las angustias vitales; en el intestino delgado el alimento es valorado y «aprovechado». En el fondo de la preocupación por la valoración está la angustia vital, angustia de no recibir lo suficiente y morir de hambre. Más raramente, los problemas del intestino delgado pueden denotar también lo contrario: falta de capacidad de crítica. Éste es el caso de las llamadas [Fettstuhlen] de la insuficiencia pancreática.

Uno de los síntomas que con más frecuencia se dan en la zona del intestino delgado es la diarrea. Nosotros decimos - Ése de miedo se lo hace en los pantalones - Tener diarrea significa tener miedo. En la diarrea tenemos la indicación de una problemática de angustia. El que tiene miedo, no se entretiene en estudiar analíticamente a las emociones, sino que las suelta sin digerirlas. No hay más remedio. Uno se retira a un lugar tranquilo y solitario donde puede dejar que las cosas sigan su curso. Con ello se pierde mucho líquido, ese líquido símbolo de la flexibilidad que sería necesaria para ampliar la angustiosa frontera del Yo y con ello vencer el miedo. El miedo siempre está asociado con lo estrecho y con el afán de aferrarse. La terapia del miedo consiste siempre en: soltarse y expandirse, adquirir flexibilidad, observar los acontecimientos: ¡dejarlo correr! El tratamiento de la diarrea suele limitarse a administrar al enfermo gran cantidad de líquidos. Con ello recibe simbólicamente esa fluidez que necesita para ampliar sus horizontes, en los que experimenta el miedo. La diarrea, ya sea crónica o aguda, nos indica siempre que tenemos miedo y que tratamos de aferrarnos y nos enseña a soltar y dejar correr. En el intestino grueso, la digestión ya ha terminado. Aquí lo único que se hace es extraer el agua del resto de los alimentos indigestibles. La afección más generalizada que se produce en esta zona es el estreñimiento, modelo genuino de resistencia: retención-tensión y obstinación-deseo de venganza.

Desde Groddeck, el psicoanálisis interpreta la defecación como un acto de dar y regalar. Para darnos cuenta de que simbólicamente la deposición tiene algo que ver con el dinero basta recordar una expresión común en Alemania de Geld–schieser (defeca–dinero) y el cuento del asno de oro que, en lugar de estiércol, defecaba monedas de oro. Popularmente también se asocia el pisar deposiciones de perro con la perspectiva de recibir una suma de dinero. Estas indicaciones deben bastar para poner de manifiesto, sin recurrir a complicadas teorías, la relación simbólica existente entre excremento y dinero o entre defecar y dar.

Estreñimiento

Es expresión de la resistencia a dar, del afán e retener y está relacionado con la problemática de la avaricia. En nuestra época el estreñimiento es un síntoma muy extendido que padece la mayor parte de la gente. Indica claramente un exagerado afán de aferrarse a lo material (avaricia) y la incapacidad de ceder. Pero al intestino grueso corresponde otro importante significado simbólico. Si el intestino delgado se relaciona con el pensamiento analítico consciente, el intestino grueso corresponde al inconsciente, en el sentido literal, al «submundo». El inconsciente es, desde el punto de vista mitológico, el reino de los muertos. El intestino grueso es también un reino de los muertos, ya que en él se encuentran las sustancias que no pueden ser convertidas en vida, es el lugar en el que puede producirse la fermentación. La fermentación es también un proceso de putrefacción y muerte. Si el intestino grueso simboliza el inconsciente, el lado nocturno del cuerpo, el excremento representa el contenido del inconsciente.

Y ahora reconocemos claramente el otro significado del estreñimiento: es el miedo a dejar salir a la luz el contenido del inconsciente. Es la tentativa de retener fondos reprimidos. Las impresiones espirituales se acumulan y uno no consigue distanciarse de ellas. El paciente estreñido, literalmente, no puede dejar nada tras sí.

El estreñimiento nos indica que tenemos dificultades para dar y soltar, que queremos retener tanto las cosas materiales como el contenido del inconsciente y no queremos que nada, salga a la luz. Se llama colitis ulcerosa a una inflamación del intestino grueso que se manifiesta en forma aguda y tiende a hacerse crónica y produce dolores y frecuentes deposiciones de mucosidades sanguinolentas. También aquí la voz popular demuestra sus grandes conocimientos psicosomáticos: en alemán se llama vulgarmente Schleimscheisser o Schleimer, es decir, «defecación con moco», al individuo hipócrita, obsequioso y adulador capaz de todo por congraciarse, incluso de sacrificar su personalidad, de renunciar a su vida propia a fin de vivir la vida de otro en una especie de unidad simbiótica. La sangre y la mucosidad son sustancias vitales, símbolos de la vida. (Los mitos de numerosos pueblos primitivos cuentan que la vida surgió del lodo o del murciélago.) Sangre y moco pierde el que teme asumir su propia vida y su propia personalidad. Vivir la propia vida, empero, exige distanciarse del otro, lo cual provoca cierta soledad (pérdida de la simbiosis). De esto tiene miedo el que padece colitis. De miedo suda sangre y agua por el intestino. Por el intestino (= el inconsciente) ofrece en sacrificio los símbolos de su propia vida: sangre y moco. Sólo puede ayudarle reconocer que cada cual ha de vivir su propia vida de forma responsable, porque, si no, la pierde.

El páncreas

El páncreas forma parte del aparato digestivo y tiene dos funciones principales: la exocrina, que consiste en la producción de los jugos gástricos esenciales, de carácter eminentemente agresivo, y la endocrina. Mediante la función endocrina, el páncreas produce la insulina. El déficit de producción de estas células da lugar a una afección muy frecuente: la diabetes (azúcar en la sangre).

El diabético

Por falta de insulina, no puede asimilar el azúcar contenido en los alimentos; el azúcar escapa de su cuerpo con la orina. Sólo sustituyendo la palabra azúcar por la palabra amor habremos expuesto con claridad el problema del diabético. Las cosas dulces no son sino sucedáneo de otras dulzuras. Detrás del deseo del diabético de saborear cosas dulces y su incapacidad para asimilar el azúcar y almacenarlo en las propias células está el afán no reconocido de la realización amorosa, unido a la incapacidad de aceptar el amor, de abrirse a él. El diabético —y esto es significativo— tiene que alimentarse de «sucedáneos»: sucedáneos para satisfacer unos deseos auténticos. La diabetes produce la hiperacidulación o avinagra-miento de todo el cuerpo y puede provocar incluso un coma. Ya conocemos estos ácidos, símbolo de la agresividad.

Una y otra vez, nos encontramos con esta polaridad de amor y agresividad, de azúcar y ácido (en mitología: Venus y Marte). El cuerpo nos enseña, EL QUE NO AMA SE AGRIA… o formulado más claramente… EL QUE NO SABE DISFRUTAR SE HACE INSOPORTABLE… SOLO PUEDE RECIBIR AMOR EL QUE ES CAPAZ DE DARLO... El diabético da amor sólo en forma de azúcar en la orina. El que no se deja impregnar no retiene el azúcar. El diabético quiere amor (cosas dulces), pero no se atreve a buscarlo activamente «A mí lo dulce no me conviene». Pero lo desea «Qué más quisiera, pero no puedo». No puede recibir, puesto que no aprendió a dar, y por lo tanto no retiene el amor en el cuerpo: no asimila el azúcar y tiene que expulsarlo. ¡¡Cualquiera se amarga!! ¿No es cierto?

Artículo del libro: “La enfermedad como Camino” de: Thorwald Dethlefen y Rudiger Dahlke.
 —